Ventas piratas

En referencia a la salida de Dissidia Final Fantasy el día de hoy en Europa, ha pasado una semana desde que salió aquí en América, y las primeras cifras de ventas empezaron a salir. Hasta ahora, el juego ha vendido cerca de 170,000 unidades en Norteamérica durante estos días, una cantidad que a mi parecer como que se está quedando corta.

En realidad no soy mucho de andar pendiente en las estadísticas de ventas, que si tal juego vendió más copias, o que si la consola más vendida es una u otra de las que están actualmente en el mercado... eso para mí es intrascendente.

Lo que sí es de preocuparse, y mucho, es que, hablando de Dissidia, ya estaba disponible en descarga ilegal desde dos días antes de su lanzamiento (25 de agosto). No sé si sea bueno o malo que esté en descarga, al menos yo pude disfrutar la versión japonesa (descargada) antes de su salida... lo que sí es de preocuparse es que desde antes de que saliera ya estuvieran bajando esta versión. No es el primer juego, ni será el último que sufra de este problema, pero lo que sí es un hecho, es que repercute en las ventas finales, por los juegos que, obvio, no se venden; pero, como lo apunta este artículo, las repercusiones pueden ir más allá de las ventas, ya que en el caso de Dissidia, los productores hablaron de una posible segunda parte del juego si éste se vendía bien en América... y no es el único caso que está en esta condición.

Hace casi 20 años, en América, concretamente en México, nos perdimos de más de un juego que no salió de Japón, porque los productores y distribuidores no veían viable hacer la inversión de traer el juego (traducción, regionalización, promoción), dado que ya desde aquellos entonces el índice de piratería de videojuegos era altísimo, y eso que no eran tan populares las descargas por Internet. Entonces... ¿vale la pena correr el riesgo de perdernos de juegos con un alto valor agregado, solo por no hacer el esfuerzo de comprarlo original?

Me mordería la lengua si dijera que no he bajado juegos, pero asimismo también compro los que verdaderamente me llaman la atención y vale la pena tenerlos en formato físico o por descarga legal... creo que en estos tiempos de globalización y crisis, es la opción más viable y quizá honesta.