martes, 26 de agosto de 2014

"De todo hay en la viña de Pokémon"... ¿o cómo era?

Quien me conoce sabe que aunque he disfrutado jugar Pokémon desde el 2006 (formalmente con la versión Diamond), me han costado varias neuronas entender todo lo relacionado al denominado "meta-juego", que es donde las habilidades estratégica, matemática y de paciencia del aspirante a Maestro Pokémon deben brillar para hacer un buen papel en las competencias entre amigos o en torneos oficiales.

Aún cuando, con el paso de los años, se ha facilitado mucho ese sistema de entrenamiento (que implican cosas como heredar habilidades, IV, naturaleza y movimientos de los padres en una nueva cría), la verdad me resulta bastante complicado, aunque con ayuda de amigos he podido mejorar mis equipos.

Pokémon se ha convertido en todo un fenómeno, desde que salieran las primeras versiones del videojuego en Japón allá por 1996 ya empezaba a causar cierto interés, por su modalidad, su sistema de juego, la capacidad de comunicación integrada en el Game Boy que le dio un impulso enorme a las ventas... bueno, era cuestión de tiempo para que nos llegada la denominada "fiebre amarilla" de Pokémon en el resto del mundo... y llegó para quedarse.

El fenómeno Pokémon trascendió del videojuego, llegando también en forma de serie animada, juguetes, cartas de juego... bueno, llegó incluso a ser portada de larevista Timeen 1999.

Evidentemente, como en todo fenómeno social/mediático/de entretenimiento, no han faltado detractores, algunos quizás con buenas intenciones y malas ideas (como la PETA), mientras que otros lo hicieron demostrando una falta de conocimiento y hasta de tolerancia a otras culturas. 'Ora sí que "de todo hay (y seguirá habiendo) en la viña del Señor".

El caso más sonado, al menos en México, al respecto del impacto cultural negativo que tuvo Pokémon en nuestro país, fue laconvocatoria a desechar y quemar todo aquel objeto relacionado con Pokémon, por ser considerado (según el párroco de una iglesia en Hidalgo, en aquel entonces) profano y de mala influencia para los niños. Realmente fue curioso que la noticia trascendiera al grado de que muchos padres de familia aprovecharan el hecho y prohibieran a sus hijos tener contacto con el popular concepto nipón.

Desgraciadamente no fue lo único que trascendió, ya que aunado al caso delcapítulo de la serie que provocó convulsiones a niños japoneses, se aprovechó para, literalmente, "satanizar" todo lo relacionado a la animación japonesa, y muestra de ello fue el programa de investigación periodística "Hablemos claro", donde de plano se fueron con todo en contra de algo que, al final del día y con un criterio bien formado, es una simple forma de entretenimiento. Tal derroche de objetividad impactó seriamente la difusión de seres japonesas de buena calidad a México, dando al traste con el esfuerzo de traductores, editores y gente del medio por muchos años.

Sin embargo, no todo estaba perdido en el contexto de la Iglesia Católica, ya que poco después de esos incidentes, leí en una revista de tecnología queel Papa Juan Pablo II había dado la "bendición papal" a Pokémon, al considerarlo un concepto lleno de imaginación, sin "efectos morales", y que está basada en "lazos de fuerte amistad". ¡Esto último, pese a todo, siempre ha sido el concepto de Pokémon! Aunque afortunadamente mi familia y yo estuvimos ajenos a toda esa publicidad negativa y podía seguir juntando mis tazos, jugando los videojuegos (al menos en emulador) y viendo series japonesas, leer una noticia como esta (que aunque no tuvo mucha difusión, dudo que haya sido mentira) me llenó de mucho gusto no solo como gamer, sino como católico, en aquel entonces.

¿Por qué menciono esto? Porque el sitio especializado Atomix ha dedicado desde la semana pasada diversos artículos relacionados a Pokémon, más allá de los videojuegos, abarcando otros aspectos culturales y sociales, entre ellos,el religioso.

Además de ahondar en algunos puntos que ya expuse aquí, lo que realmente me agradó mucho es que el autor del artículo no se quedó con lo que ya se había dicho, sino que además fue y le preguntó a un sacerdote cuál era la postura de la Iglesia Católica al respecto de Pokémon. Y, 'ora sí que por gracia de Dios, entrevistó a un sacerdote (a quien conozco personalmente y que le tengo un gran aprecio) que demostró apertura para un tema un tanto "polémico" como este.

En corto, y a como yo lo entiendo, realmente no hay un estudio profundo en materia de videojuegos dentro de la Iglesia, como para que sea valorado dentro de la misma y en base a su impacto positivo y negativo se tenga una postura oficial al respecto. El asunto, y aquí viene lo realmente interesante, es que,la opinión de un sacerdote va más en el sentido de sus percepciones, de su impacto cultural; así, hay quienes son un poco más apegados a su catequesis, a sus estudios, y hay otros quienes, sin dejar de lado lo importante y la base de nuestra fe como católicos, buscan un aspecto más humano. Y, ojo, esto se puede aplicar a cualquier otro tema, polémico o no, del que se trate con un sacerdote.

Fundamentalmente,la Iglesia Católica está invitada a dialogar con la modernidad, de a poco en poco se van dando ciertos cambios, cierta apertura a la iglesia; todavía hay un buen camino qué recorrer, pero "Roma no se hizo en un día".

En lo mientras, en lo particular, este artículo me da un enorme gusto y la esperanza de que, además de de los dogmas y las creencias, se puede se tolerante en el camino del conocimiento y de la información.