sábado, 18 de abril de 2020

Frustración en línea

Este fin de semana decidí quedarme en mi casa, y aunque las obligaciones domésticas existen, la verdad quise agarrar mi control de Smash Bros. y probar unas peleas en línea.

No tengo mucha experiencia jugando a través de Internet, en parte por la falta de tiempo, de lograr coincidir con algún amigo para jugar juntos, y de un servicio de Internet eficiente. Habiendo resuelto el primer y tercer punto, y omitiendo el segundo, intenté competir un rato, aún a sabiendas de que en línea es muy probable que encuentres gente que se dedique de lleno a jugar a nivel competitivo y que barrerá el piso con un servidor.

Al principio fue leve, pude ganar unos duelos gracias a mi práctica de recoger y usar items, pero poco a poco se fue poniendo más complicado acertar mis ataques y, como siempre, fui vapuleado. No me es nueva esta sensación, ya que al jugar localmente con mis amigos generalmente no avanzo mucho, y por tanto traté de no frustrarme y llevármela tranquila, ya que de paso estaba sacando unos Challenges de juego en línea.

Sin embargo, llegó un punto en que terminé una pelea, y me salieron un par de lágrimas. No sé si se frustración, de coraje por no haber podido pelear eficientemente, o simple y llanamente una forma de sacar el estrés de todos estos días de estar en casa por la contingencia. Mi roomie no está y es un poco complicado poder encontrar a alguien que no esté ocupado y con quien platicar.

Extrañamente, sigo llorando mientras escribo esto. No sé si me siento mejor y solo necesitaba llorar, pero igual me servirá de algo. 

Esto del juego en línea es un mundo raro.