sábado, 13 de mayo de 2023

Viaje Familiar EUA, Día 11

Empezamos a buena hora la jornada, desayunando bastante bien con toda la familia.

Arreglamos las maletas y después de un rato nos dirigimos al aeropuerto. Íbamos con muy buen tiempo, llegamos, nos tomamos fotos, nos despedimos, lloramos, y fuimos a hacer el check in y a pasar por seguridad.

Todo sin problemas, aunque el vuelo iba a llegar con retraso. 15 minutos de diferencia del vuelo de Raleigh a Dallas. No pasa nada, dijimos. Despegamos sin novedad, llegamos, y empezaron los retrasos porque el avión no podía llegar a la puerta porque estaba ocupada aún. Entre que nos movimos a otra pues ya empezaron más retrasos.

Bajamos y a correr primero para preguntar por las maletas, alguien nos asesoró y dijo que ya las iban a echar en el vuelo siguiente. Pasamos por seguridad, y a correr a la otra terminal. 

En serio que lo intentamos, corrimos tanto como pudimos... 

... pero no llegamos. El avión ya había despegado. 

¿Y ahora? De por sí yo ya venía molesto y enojado aunque no tenía con quien porque finalmente no fue nuestra culpa. Traté de conservar la calma para no crear más tensión en la familia pero fue difícil. 

Lo que seguía era que nos asignaran el siguiente vuelo. Hasta mañana. 

¿Y ahora? No me dio la ansiedad pero sí estaba preocupado. La solución más sencilla y barata era quedarnos en el aeropuerto toda la noche hasta el vuelo en la mañana. Pero, ¿mi mamá podrá soportarlo?

Ya lo asimilamos y nos resignamos. Y aquí estamos, tratando de acomodarnos para poder medio dormir sin descuidar las cosas que traemos. Mi mamá caminando para no cansarse de estar sentada. Erika trabajando. Evelyn en el teléfono. Y pues yo tratando de no crear más tensión pero será una noche difícil. 

No hay más qué hacer. Solo esperar.

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