Llegó el día, atender cosas del trabajo, dejar los menos pendientes posibles y terminar de arreglar mis cosas.
Ir al laboratorio a hacerme la prueba COVID, llegar a comer, seguir trabajando y empezar a empacar. Había planeado arreglar mis cosas en el turno de la tarde, ir al grupo de oración, regresar, bañarme y dormir para que mañana pasaran por mi al aeropuerto.
Pero no, mi mamá me llamó a las 7 pm y me dijo que por qué no me iba de una vez a la casa de El Pueblito a arreglar las maletas y a dormir.
La verdad me molesté porque ya había planeado el orden de mis actividades, ya tenía pan para cenar, rasurarme y listo.
Pero no, llegó una de mis hermanas a mi casa por mi, y a correr.
¿Eché medicina, la laptop? ¿Los papeles? ¿Me baño antes?
Para colmo, 8 pm y aún estaba esperando a que me desocuparan del trabajo. Y mi hermana ahí. Hasta eso ella no me presionaba. Pero yo seguía molesto porque no me dijeron del cambio de plan antes para organizarme con tiempo.
Total, llegar a casa de mi hermana, y empezaron los conflictos. Que qué me iba a poner de ropa para dormir, no me había rasurado, el boiler no se podía prender.
Medio arreglamos y nos dormimos temprano. Iban a pasar por nosotros a las 9 am y había que levantarse muy temprano para equilibrar las maletas y no pasarse del peso permitido.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario