sábado, 24 de febrero de 2007

La ¿Santa? Muerte

El día de ayer venía en un taxi rumbo a mi casa después de comprar algunas cosas de despensa, y por el radio estaban hablando de un tema que si bien es bastante controvertido, refleja un asunto muy grave en la sociedad: la falta de fe. Me refiero a la Santa Muerte.

Mucho se ha hablado de esa "adoración", que si es válida, que si es herejía, si existe o no, si la Muerte puede ser santa... en fin, una serie de cuestiones que han llegado incluso a instancias gubernamentales.

De lo que se ha hablado "oficialmente", y de acuerdo con instancias fidedignas de la Iglesia Católica (además de lo que mencionó un fraile en el programa de radio que iba escuchando), en primera la Muerte no puede ser santa, ya que para que alguien sea santo (amén de que debe pasar por un proceso largo de canonización) debió existir físicamente, es decir, haber vivido o existido... y la Muerte no está viva, ¿o sí?

Por otro lado, se le ha dado a la Santa Muerte una especie de idolatría, que va más allá de la fe y la creencia en Dios; de entrada, a los santos como los conocemos no se les adora, se pide su intercesión ante Dios por nuestras peticiones, pero el único a quien debemos adorar es a Dios mismo, a nadie más.

Lo realmente preocupante es que mucha gente cree que la Santa Muerte hace favores y le idolatran en una manera que se olvidan de las creencias católicas, debido más que nada a que desgraciadamente la cosa está tan difícil hoy en día que como rogarle a Dios no nos ha ayudado en nada, recurriremos a quien sea para salir del hoyo en que estamos... bueno, algo así.

Enfrente de mi casa hay un local de videojuegos al que acudo casi cada semana, un día me percaté de que tenían figuras de la Santa Muerte, cosa que me desconcertó un poco, pero no le di la mayor importancia... un día, una chava que atiende ahí se refirió a la figura como "mi niña", y confieso que sí me dió un ligero escalofrío, pero, vamos, mientras no se metan comnigo, no hay problema.

En el puesto de periódicos de mis padres, tenemos ediciones referentes a esta figura, y sí hay gente que las compra, pero un día me desconcertó que fuera un niño a preguntarme por ella.

Para quienes somos católicos, nuestra fe se pone a prueba prácticamente en cada momento, y es ahí donde desgraciadamente muchos fallamos, el chiste aquí es qué voy a hacer para seguir creyendo en Dios, y no rendirme y cambiar mi creencia de un momento a otro. Y, ojo, cada quien es dueño de su creencia, pero hay que fijarse por qué creemos.

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