viernes, 5 de febrero de 2010

¿Justicia divina...? ¿Y por egoísta...?

Con respecto a Ariel Gómez, el diputado del estado de Chiapas que le pareció muy divertido "bromear" llamando "negros abusivos" a la población de Haití con respecto a la tragedia por la que están pasando, y todo porque no le pareció que le descontaran cerca de $2,400 (como 20 USD) de su salario mensual como diputado, a manera de donativo para dicho país en tragedia.

Dichos comentarios, por más que el diputado trató de justificarse, provocaron que saliera del programa de radio en que participaba y que además fuera expulsado del Partido de la Revolución Democrática; nuevamente se puso en tela de juicio la diferencia entre la libertad de expresión que tenemos todos como ciudadanos mexicanos, y el hacer un comentario racista en un medio público, y máxime tratándose de una persona que se supone fue elegida por votación popular y que, por ende, debe representar al pueblo y rendirle cuentas.

Por otro lado, un ciudadano de origen haitiano pero nacionalizado mexicano fue a buscar al diputado para devolverle personalmente la cantidad que se le descontó de su salario; no fue posible encontrar al diputado, pero, ¡cómo no se me ocurrió a mí! Después de todo, si andaba quejándose porque le descontaron de su dinero, ¿por qué no devolvérselo entonces? Aunque, obvio es, eso no quita que sea una persona que ha demostrado tener muy poca empatía y seriedad ante las desgracias ajenas.

Me llamó la atención igualmente el hecho de que un periodista en su columna de opinión, aparte de defender al diputado y acusar de que lo andábamos mandando a la hoguera injustamente, mencionó que no se ha presentado a dar alguna explicación de su expulsión del PRD... porque tiene cáncer, específicamente un linfoma en la garganta.

Obvio que a nadie se le desea que le pase algo así... pero, dentro de mi creencia religiosa... no soy nadie para juzgar, solo Dios sabe por qué y cómo ocurren las cosas.

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