miércoles, 9 de mayo de 2007

México al desnudo... ¿escándalo?

Ya en estas épocas, como que no se nos hace tan raro o polémico ver a alguien desnudo, sobre todo si es un personaje público y/o lo suficientemente desinhibido como para aparecer en una publicación para adultos (aunque luego te toca ver cada cosa...). ¡Ah! Pero, ¿qué tal si el participante de ese desnudo es uno mismo? Ahí como que nos da penilla o vergüenza propia, ¿verdad?

La madrugada del día domingo se realizó en el Zócalo de la Ciudad de México un evento imposible de creer hace varios años; Spencer Tunick, un fotógrafo polémico por sus obras en donde convoca a miles de personas a participar desnudas en una foto masiva, realizó su trabajo en dicho lugar de la capital de México, en medio de una cierta polémica anterior al día. Escuché comentarios por el noticiero de TV en donde muchas señoras se escandalizaban, argumentando que cómo era posible que se permitiera un acto tan pecaminoso, el cual podría poner en peligro los buenos valores morales (no dijeron exactamente eso, pero la idea era la misma). Con todo y escandalizados, el famoso fotógrafo contó con el apoyo del Gobierno de la Ciudad de México para que realizara su trabajo sin mayor problema, incluso posteriormente al convocar a varias mujeres para hacer una especie de homenaje a Frida Kalho en otro punto de la ciudad.

Habrá muchos que sin tanta pena (ni vergüenza propia) aceptarán haber ido, y otros... er, bueno, como que definitivamente no hubieramos aceptado; a final de cuentas no tiene nada de malo, bien que mal, es una obra de arte y no es algo que necesariamente incite al morbo (no a nivel de la fotografía cuando la veamos, ya que los "detalles" no se ven =) ). Eso hablaría de que en México seríamos un poquito más abiertos... PEEEEEEEEERO, cuando Tunick solicitó que los hombres se retiraran y dejaran solas a las mujeres para una foto con ellas, nada mensos, se vistieron, sacaron sus celulares, y cuanta foto se pudo les sacaron a las mujeres aún desnudas, poniendo de manifiesto también el morbo reprimido que tenemos los mexicanos.

Por fin, ¿somos o no somos abiertos? La única respuesta es esa doble moral que tenemos, en donde por un lado nos damos golpes de pecho cada domingo por nuestros pecados, pero por otro lado si tenemos la oportunidad de asistir a un evento como Dios nos trajo al mundo por el mero morbo de ver gente desnuda, ahí vamos. Nos espantamos de ver a Niurka en TV con muy poco qué dejar a la imaginación, pero, a escondidas, vamos a un puesto de periódicos y compramos la revista PlayBoy en donde ella salió. Nos espantamos por la legalización del aborto, pero queremos andar de calientes y no usamos un método anticonceptivo porque es pecado (pecado sería más andar de calientes porque sí, ¿o no?). O incluso las personas homofóbicas que califican la homosexualidad como una perversión, pero que hacen y/o permiten aberraciones como la pederastía o simplemente se creen muy machos y se sienten dueños de sus parejas, humillándolas y violándolas.

Está bien que se haya hecho algo como lo de Spencer Tunick, qué bueno que haya habido convocatoria y que se logró el cometido... pero más allá de eso, veo con pena la hipocresía que nos rodea, la cual no nos permite en realidad desarrollarnos como personas y como sociedad, y que está muy lejos del concepto de libertinaje que muchos creen.

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