martes, 13 de abril de 2010

Tradiciones politizadas

En México existe la tradición de las fiestas de XV años, en donde las hijas adolescentes que cumplen 15 años se "presentan en sociedad" y se conmemora su transición "de niña a mujer". Esta tradición se ha hecho desde hace décadas, y es común que aún las familias de bajos recursos buscan celebrar esta fiesta como un gran acontecimiento.

Normalmente el evento empieza por una ceremonia religiosa de acción de gracias, y posteriormente, durante la fiesta, existe un vals en donde la quinceañera, acompañada de sus "chambelanes", hace acto de presencia; también es tradición que el padre de la adolescente de diga algunas palabras, momentos que, también nos dice la tradición, son usualmente algo bochornosos, pero nada de gravedad.

En años recientes, esta tradición, aún cuando sigue existiendo, ha perdido fuerza, en parte por cuestiones económicas, y en parte porque muchas adolescentes de ahora ven la fiesta de XV años como algo bobo y hasta "ñoño", mientras que para otras es su máximo en la vida... o, bueno, en sus 15 años de vida. También hay casos en donde son prácticas y prefieren no tener fiesta pero en su lugar que los papás les paguen un viaje con sus amigos, o hasta un automóvil. Alguna vez, hace muchos años, también supe por las noticias de un niño que igualmente tuvo su fiesta de XV años... pero esa es otra historia.

En el caso de mis hermanas mayores, no ocurrió ni lo uno ni lo otro, simplemente no quisieron fiesta, no les interesaba, y mis papás respetaron su decisión (¡ah! porque hay casos en donde los papás se quieren realizar "socialmente" a través de la famosa fiesta, aún cuando la hija no quiera). Dentro de la familia, sí existe la tradición e incluso una vez fui "chambelán" de la hija de mi padrino. Al mismo tiempo que me fue extraño todo eso, admito que los ensayos del vals me ayudaron a tener ritmo y coordinación para cuando necesitara intentar bailar posteriormente (antes, ni de chiste lo hacía).

Finalmente, como muchas de las tradiciones, este evento está arraigado en la sociedad mexicana y es totalmente válido y respetable quien quiera tomar parte en él; finalmente es una forma de convivencia familiar y está bien, aún cuando muchas veces signifique un desembolso económico algo elevado.

Naturalmente que hay casos en donde las familias no pueden costear este evento, por lo que algunos gobiernos toman la iniciativa de organizar fiestas colectivas en donde muchas adolescentes pueden tomar parte y disfrutar con los suyos, y muchos otros más, de este momento especial. Creo que hasta aquí no tiene mayor problema, finalmente es algo para la sociedad. Lo malo, como siempre, es cuando se politiza y se lleva a un extremo en donde ya cae en lo absurdo. Resulta ser que el Gobierno del Distrito Federal ha estado organizando un evento de Princesas Urbanas con el objetivo de reunir la mayor cantidad de adolescentes que deseen celebrar sus XV años y de establecerlo como Record Guiness... claro es, con cargo a los contribuyentes.

El problema aquí es que, independientemente de que no todos los que pagan impuestos simpatizan con este tipo de eventos, ¿qué no hay otras cosas más importantes qué atender en la Ciudad de México?

En fin... políticos al final... cómo no se ponen mejor sus zapatitos de ballet.

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