martes, 2 de marzo de 2010

Hijos de... sus padres

En la mañana comentaban en un programa de radio sobre una noticia publicada en donde en la ciudad de San Juan del Río, Querétaro, fue detenido un menor que se le sorprendió grafiteando una pared. El menor fue detenido y presentado ante el juez civil, quien, a manera de castigo, le pintó los glúteos al detenido con la misma pintura en aerosol.

Cuando los Secretarios de Gobierno y Seguridad Pública enteraron al presidente municipal de dicha "acción correctiva", éste destituyó inmediatamente a dicho juez, alegando que había sido "una bajeza" y que no tiene que ver con la forma de conducirse de ellos como autoridad, en la que procuran salvaguardar la integridad de los sanjuanenses.

Se pueden pensar muchas cosas de esta noticia, que al mismo tiempo suena cómica y muy seria, justa e injusta, todo a la vez. Ciertamente las autoridades tienen la responsabilidad de apegarse a la ley y aplicar un correctivo que ésta permita, lo cual no incluye un castigo como el ocurrido al menor infractor. Hasta donde tengo entendido, este tipo de infracciones se consideran faltas administrativas en las que se suele llamar a los padres y se llega a un acuerdo para reparar el daño, y usualmente es el menor quien debería costear dicha reparación, incluyendo que él mismo lo haga. Creo que ese, dentro de lo que cabe, es un castigo justo para el infractor, ya que se le enseña que "si la haces, la pagas"... bueno... teóricamente, claro es.

También es verdad que hoy en día no sé qué esté pasando con la educación que se les da a los niños y jóvenes de hoy en día (¡ja, ni que yo estuviera tan viejo :P!); entiendo que las cosas ya no son como antes para muchos; ahora ya no solo es el papá, sino la mamá quien también tiene que trabajar para poder obtener un ingreso que les garantice (teóricamente) una calidad de vida digna; esto y muchos otros factores ocasionan que los hijos tengan que pasar buena parte de su niñez cuidados en guarderías y/o al cuidado de otros familiares o vecinos, mientras que los papás no quieren o no pueden pasar tiempo de calidad con sus hijos porque trabajan todo el día y terminan muy cansados o llegan muy tarde de vuelta a casa, y aunado a esto hay también el clima de inseguridad que vivimos ya no hace tan fácil salir juntos en la tarde o el fin de semana a dar un pequeño paseo aunque sea al parque más próximo.

A esto hay que añadirle la velocidad con la que tenemos acceso a la información y el uso no siempre consciente de la tecnología. Ya es casi común que los niños traigan un celular más o menos actual, o que tengan su perfil en Facebook, Hi5, Metroflog o similar, y ni qué decir del acceso que tienen a la TV, Internet y videojuegos. En sí eso no es tanto problema, el detalle aquí es el cómo y el para qué se usan. No es un secreto que ahora es común ver videos en YouTube de dos jóvenes peleando afuera de su escuela, o incluso emulando o haciendo ciertos tipos de contactos sexuales; es común ver que tienen miles de amigos por Internet pero no son capaces de relacionarse en persona con su familia o sus amigos; es común que ahora niños que apenas y llegan a la pubertad estén jugando videojuegos no aptos para su edad; y ni qué decir de ahora que cada vez empiezan a tomar alcohol, fumar o hasta drogarse a más temprana edad, con los riesgos a corto, mediano y largo plazo que ello implica... y me faltaba mencionar los embarazos de adolescentes, por la causa que sea, pudiendo prevenirse fácilmente.

¿Qué está pasando aquí? Simple y llanamente creo que hay una falta de valores impresionante, la gran mayoría de las veces son los padres quienes dentro de su ritmo de vida no han sabido o no han querido dar a sus hijos una buena educación, en la que se les enseñe a valorar lo que son y lo que quieren, y la necesidad de tomar sus propias decisiones y de hacerse responsables asumiendo las consecuencias que conlleven.

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