lunes, 17 de agosto de 2009

Cuidando el idioma

De niño, las materias que maś disfrutaba eran Español y Matemáticas; no era que no me gustaran las otras, también le echaba ganas, pero de vez en cuando, batallaba con algo de Geografía, o, peor, de Física o Química, incluso llegué a odiar Dibujo Técnico en el bachillerato, y en parte Contabilidad.
Tendré la letra escrita maś fea que se puedan imaginar, pero eso sí, una ortografía bastante cuidada, resultado de mi facilidad para la materia y de los concursos de Lectura y Redacción en que participé durante el bachillerato... todavía me acuerdo cuando participé en la fase estatal, pero no me fue bien porque, ¿adivinen?, tuve que hablar de un tema del cuerpo humano, ja, ja, ja...

Aún con algún ocasional error de dedo que tengo, también en la computadora trato de escribir correctamente. Muchos conocidos míos me preguntan que por qué escribo "propiamente" (es decir, con acentos y signos de puntuación) cuando hablo con ellos por MSN Messenger... y simplemente les digo que "porque así siempre he escrito"; recuerdo alguna vez haber intentado escribir de manera menos formal, pero no pude, la verdad.

Esto viene a colación porque me da tristeza ver cómo el idioma español, el cual es muy rico y extenso, se va empobreciendo no tanto por el ingreso (formal o no) de palabras de origen extranjero como los anglicismos, sino porque los mismos hispanohablantes estamos reduciendo el idioma en favor de escribir más rápidamente, esto ocasionado por la llegada de tecnologías de comunicación casi instantánea como son los mensajeros en la computadora o los mensajes de celular.
Ver cosas como "k hcs?" en lugar de "¿qué haces?", aunque pueda vivir con eso, no deja de causarme una ligera incomodidad. Por sí solo, esto no es tan malo, cada quien es libre de escribir y deformar el lenguaje como se deseé con los suyos; el problema viene cuando esta forma de escribirse esparce como una epidemia y todos, por la prisa o por la flojera, la usan; ya no digamos que muchos despúes batallan o batallarán a la hora de escribir algún documento formal. También, como lo indica un estudio que encontré, los mensajes de texto están haciendo más rápidos a niños y jóvenes, pero más imprecisos.

Otro punto es el de los acentos y los signos de puntuación; ciertamente no son fáciles de aprender, lo sé, pero tampoco te estás aprendiendo la teoría de la relatividad aplicada a la relación cuántica del espacio-tiempo; aún si no las aprendiste bien en la escuela, casi cualquier diccionario trae las reglas más elementales de cómo usarlas, y con la práctica, se va haciendo más inconsciente su uso. Encontré interesante que hay un movimiento que trata de rescatar el buen uso de los acentos... quizá me una a ellos, o de menos esté al pendiente, porque también me da mucho por "revisar" los letreros en las calles para ver si están bien escritos.

Aquí cabe mencionar lo que dice un chiste en México: "¿qué prefieres, rapidez o exactitud?".

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