lunes, 16 de abril de 2007

¿Y las canciones originales?

Un día que regresaba de mi trabajo, a eso de las 10 pm, el radio del taxi sintonizaba una de las estaciones que menos me agradan, La KeBuena (¿o era La Z? para el caso, es lo mismo), pero no le di mayor importancia porque además de venir cansado, ya estoy acostumbrado a escuchar esa estación donde ponen solamente canciones de banda y norteñas.
En mi desvarío pensando en llegar a dormir, el viaje me dió para escuchar 3 canciones, las cuales no me resultaron del todo desconocidas, ¿por qué? ¡Porque las 3 eran covers (canciones que ya han sido interpretadas por otro cantante) de otros géneros, como la balada!

No es un secreto que muchos intérpretes, para darse a conocer, para dar un nuevo giro a sus carreras, o en muchos casos como intento desesperado para no desaparecer del gusto de su público, recurren a este recurso, el cual salvo contadas excepciones es garantía de que funcionará. Realmente son muy pocas las canciones de hoy en día que son netamente originales, más allá del género, en donde en ocasiones al "adaptarla" a otro género, me ha tocado oír un esperpento de la canción original.
He visto que este recurso se usa desde los intérpretes del rock de los 60-70's aquí en México (con canciones originalmente en inglés), pero nada que llamara la atención. A raíz de la existencia de los reality shows musicales, este fenómeno se hizo más notorio, pero una cosa es que los participantes en dichos programas usen este recurso para evaluar su desempeño artístico, y otra es que ellos y otros artistas usen esto como casi único recurso para mantenerse.
No niego que me gustan algunos covers (por ejemplo "Piel canela" de Natalia y la Forquetina que precisamente ahorita estoy escuchando, o muchos de La Academia), pero también prefiero producciones inéditas, como las que hace La Ley, Reyli, Sin Bandera, Mecano (bueno, en su momento), o hasta Intocable (sí, le he agarrado cierto interés al grupo), entre algunos otros.
Yo creo que también como público hemos provocado esa situación, ya que la mayoría prefiere comprar el CD de éxitos de Luis Miguel (o peor, el de Navidad), en lugar de darse la oportunidad de escuchar algo nuevo como Amaral o Keane (los cuales conocí gracias a mi pareja). También como que se nos da mucho eso de "escuchar lo de moda" (¿alguien dijo Alizeé -bueno, es tema para otra entrada- o RBD?) para que luego ni deje huella en nuestros recuerdos, a diferencia de otros que considero sus canciones son más significativas como Kelly Clarkson o Ricardo Arjona.
Ejemplos hay muchos; la reflexión, pues ahí está de mi parte. Me gusta escuchar algunas canciones pasadas con una nueva imagen, pero también hay que abrirse a lo nuevo. A final de cuentas, lo importante es lo que nos gusta y valorar también el por qué nos gusta... aunque a veces nos duela la respuesta... (¡sí, también me gusta Il Divo!).

No hay comentarios.: