La semana pasada, en la Suprema Corte de Justicia, se empezó si los matrimonios entre personas del mismo sexo, que fueron legislados en la Ciudad de México, sería declarados constitucionales, lo cual obligaría a los Códigos Civiles de los estados a aceptar este tipo de uniones civiles.
Era obvio que la medida causaría algo de ámpula no solo en ciertos sectores de la sociedad, sino además entre diversos funcionarios políticos que tienen esa extraña costumbre de dejarse llevar por sus creencias religiosas y prejuicios no siempre bien fundamentados... y era obvio que eso pasaría también en Querétaro, donde todos sabemos que la sociedad y algunos funcionarios (pese al cambio de partido en el gobierno) también tienen esa mentalidad.
El diputado por el Partido Acción Nacional, Salvador Martínez Ortíz, y presidente de la comisión de la familia, había declarado el jueves pasado que "protegería" a Querétaro de los matrimonios entre personas del mismo sexo al preparar una reforma que "anulara" la aprobación de dicha unión civil en la Ciudad de México, como buscando prevenir que la Superma Corte declarara como constitucionales este tipo de uniones... cosa que tampoco no me extrañaba tratándose de este señor, tan honorable y de alta moral.
Pues da la casualidad de que finalmente la Suprema Corte declaró constitucionales los matrimonios civiles (resalto esta palabra porque luego hay quien asocia "matrimonio" sólo por la parte religiosa) entre personas del mismo sexo. Esto de por sí creo que en materia de igualdad de derechos significa muchísimo para México.
Lo mejor del caso es que el mismo diputado Salvador Martínez... pues tuvo que rectificar y aceptar que, al menos en Querétaro, se tendrán que aceptar los matrimonios entre personas del mismo sexo.
Dicen que es de sabios cambiar de opinión... pero que un panista mojigato se trague sus palabras... no tiene precio.
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