viernes, 22 de agosto de 2008

¿Pena de muerte?

El día de ayer se llevó a cabo una reunión de autoridades federales y de seguridad de todo el país, para consensar sobre la ola de inseguridad que nos ha estado afectando prácticamente a todo el país. De ahí se generó el Acuerdo Nacional por la Seguridad, de donde se derivan 75 acuerdos que no voy a mencionar porque... la verdad me imagino que serían más "pan con lo mismo".

Por otro lado, el padre de Fernando Martí, el chico que fue secuestrado y asesinado hace algunas semanas, hizo una serie de recomendaciones fuertes, pero efectivas, entre ellas dijo, palabras más, palabras menos "quien no se sienta capaz de hacer lo que debe hacer, que se vaya, porque el no hacer nada como servidor púbico también es corrupción"; es una lástima que solo cuando ocurren las situaciones como la de la familia Martí, es cuando las autoridades se "interesan" por su trabajo, pero esa es otra historia.

Hoy en la mañana (como todos los días) estaba escuchando un popular programa de radio ("La Papaya", en EXA 95.5 FM) e hicieron un planteamiento sobre qué es lo que uno les hubiera dicho a estas autoridades durante la famosa reunión de ayer. Ciertamente es un poco difícil dar la "fórmula mágica" para solucionar el problema de manera efectiva, pero es cierto que si somos los que sufrimos en carne propia podríamos como sociedad dar algo más certero que las mismas autoridades que parece están muy ajenas a nosotros. Pero noté con cierta decepción personal que muchas de las opiniones vertidas por parte del público en el programa del radio seguían la línea del "ojo por ojo, diente por diente", más concretamente hablando de la imposición de la pena de muerte en nuestro país.

Hablar de la pena de muerte, sobre todo de "hacer justicia" quitándole la vida a algún delincuente es un tema muy delicado, porque por querer "quedar bien con Dios y con el diablo" nomás no podemos ponernos de acuerdo. Mucho se dice de si es justo quitarle la vida a alguien que cometió un delito, pero otros (máxime los que por desgracia han vivido una situación grave en este contexto) argumentan que si es justo dejarlos vivir (y mantenerlos de por vida en algún reclusorio) cuando le quitaron la vida a alguien más.
Yo en lo particular estoy totalmente en contra de la pena de muerte, más allá del contexto religioso (que cierta y claramente nos dice que solo Dios puede decidir hasta dónde llega la vida de nosotros), por otra cuestión en la que no muchos se fijan: la nefasta administración de justicia en nuestro país; ¿se imaginan cuánta gente inocente sería condenada a la pena de muerte por los bien conocidos errores y omisiones (con o sin intención) del sistema de justicia mexicana? Mientras, claro, los verdaderos delincuentes, como hoy, seguirían en la calle totalmente impunes. No vayamos muy lejos... ¿de verdad la pena de muerte ha servido en otros países, como Estados Unidos? Me atrevo a decir que no. Ya no digamos de regiones con una religiosidad extremista, que son capaces de apedrear a mujer sólo porque ésta se atreve a romper sus esquemas y salir adelante como mujer y como persona.

Anoche, viendo un programa de televisión ("Nocturninos"), uno de los conductores hizo un comentario muy acertado: "nuestras leyes son bellísimas, el problema es que se apliquen"; y estoy de acuerdo totalmente con él; cuando se tenga una eficiente administración de justicia, donde se condene debidamente a quien cometa un delito, donde a los delincuentes les dé miedo realmente que los agarren (no como un comercial de TV donde un supuesto secuestrador habla de que lo atrapa la policía y muy tranquilamente dice que sale libre en horas), y donde se acabe el tristemente célebre "usted disculpe" en las esferas de justicia, es entonces cuando las cosas realmente cambiarán.

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