miércoles, 20 de diciembre de 2023

Crónica de una cirugía ortognática

Prepararme mentalmente para la cirugía, reducir el temor de que algo pueda salir mal, enfrentarme a una situación nueva y desconocida en donde quizá me faltaba dimensionar el post operatorio, los cuidados y eso. Nos dieron la dieta líquida y pues sabíamos que iba a ser medio complicado, mas no imposible.

Llegamos a la CDMX el miércoles mi mamá y yo, comer algo ligero en la central del norte (me habían recomendado que aprovechara a comer algo rico porque sería mi última comida normal en mucho tiempo, pero la verdad no quise cargarme tanto del estómago). Como acordamos en el plan, pedimos un Uber que nos llevó primero al consultorio del cirujano para tomar unas fotos y entregar un material (unas botellas para dieta líquida y una jeringa para lavados bucales). Nosotros ya llevábamos el medicamento pre y post operatorio que pues más que caro fue un poco complicado de conseguir.

Nos fuimos al hospital, llegar a admisión, la captura de información y la firma de muchos documentos. Yo entiendo que así funciona pero yo andaba medio agobiado. Nos pasaron a mi cuarto y pues a instalarse y prepararse porque el jueves a las 7 am iban a pasar por mí para llevarme al quirófano. Pedimos una cena ligera, avisamos a familiares y amigos y pues a dormir. O a intentar dormir. De entrada porque la cama no era precisamente cómoda y tenía que estar boca arriba, cuando generalmente no duermo en esa posición. Al menos le habilitaron un sofá cama a mi mamá y estaba cómoda.

No recuerdo si logré dormir, pero a las 6 ya estaba despierto y listo para meterme a bañar y ponerme la bata toda fea para esperar al camillero.

Dieron las 7, y nada aún, pasaron como 7:30, me pasaron a una silla de ruedas y pues al pre operatorio, me pusieron el suero, y llegaron los médicos; primero la anestesióloga, quien me hizo las preguntas de rigor y por qué quería hacerme la cirugía (resulta que hay quien se la hace por gusto), y luego los cirujanos. No sé cuánto tiempo pasó entre eso y que me llevaron al quirófano, posiblemente una hora o más. Todo el tiempo traté de conservar la calma, pedir a Dios y pues entregarme a Él y a los médicos.

Llegamos al quirófano, me saludaron todos (se me hacía mucha gente para un espacio tan pequeño), me preguntaron qué música quería (respondí normalmente aunque no tenía caso porque no la iba a escuchar), me administraron la primer etapa de la anestesia y empecé a sentir los efectos.

A partir de ahí no sé más. Me preguntaba si a lo mejor iba a sentir cuando me abrieran la boca, me intubaran, me movieran o me pasaran a recuperación. NADA. Ni idea de qué hora era. Ni movimiento. Ni sentí el micro sismo que hubo durante la cirugía como a las 2 PM (tengo curiosidad de preguntar el procedimiento que aplican los cirujanos en esos casos). Solo sé que desperté en la recuperación, sentía toda la cara adormilada pero nada de dolor. Me dijeron que todo había salido bien y me iban a pasar a la habitación. Mi mamá estaba esperándome tranquila, aunque quería saber qué hora era, qué había pasado, si había ido alguien a visitarnos. Pero no podía hablar. Supe que eran las 7 PM, mi mamá me dijo que un primo había ido además de un amigo mío que me dejó una estampa religiosa, aunque ya no me pudieron esperar a que regresara.

Tenía algo de incomodidad en el pecho y cuello, además de que empecé a sentir dolor de garganta, me explicaron que fue porque me intubaron directo a los pulmones y que si vomitaba sangre o algo era normal. Llegó la hora de la cena y pasaron a dejarme la comida, puros líquidos y gelatina, mi mamá empezó a darme de comer. Me sentí bien pero al mismo tiempo mal porque otra vez me sentía totalmente dependiente de ella. Como pudimos comí, pasaron a hacerme el lavado bucal necesario para evitar que se infectaran las heridas.

Le pedí a mi mamá mi teléfono y pues a reportarme por lo menos en WhatsApp con las personas importantes, no recuerdo cuántas notificaciones tenía pero sí eran algunas.

Pasaron los médicos la mañana siguiente a dar el VoBo para el alta y para ponerme unas ligas en la boca para alinear la mordida. Mi hermana mayor llegó y solo esperamos a que nos dieran el alta para enfilar a casa de mi mamá. Fue medio largo el trayecto pero llegamos sin problemas. Me sentía un poco mejor aunque no había dormido del todo bien.

Y ahora, iniciaba la larga recuperación.

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