Hace un par de días, en Brasil, un niño ingresó al hospital por dolores en su cuerpo, y cuál fue la novedad de que el pequeño tenía cerca de 40 agujas incrustadas en el interior de su cuerpo, con el consecuente riesgo de una infección o hemorragia incluso a órganos vitales.
Y, ¿qué creen?, que el responsable de esta aberración es nada más ni nada menos que el padrastro del niño, argumentando una cuestión religiosa por haberle metido las agujas "benditas" al niño.
Y luego dicen que los homosexuales, por el simple hecho de serlo, son un peligro para la sociedad y para los niños. Qué bueno que los heterosexuales no lo son, por el simple hecho de ser "normales". No hay peor ciego que el que no quiere ver.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario