miércoles, 9 de noviembre de 2022

Aba


No sé quién era esta persona. Un analista político que sigo la reenvió.

Pero su "último" tuit me dio mucha tristeza, y me generó un poco de ansiedad.

No estoy listo para morir. Gran sorpresa. Pocos lo están. No solo en la parte legal/fiscal, sino hasta familiar. Pero enviar tu último tuit, tu última interacción en redes sociales... da un poco de miedo.

El otro día le platicaba a alguien muy querido mi "plan" de preparación. Con mi familia ya tenemos pagado nuestros servicios funerarios y hasta la cripta donde vamos a reposar todos. Suena raro, pero apoyé la idea porque cuando alguien de nosotros requiera según disponga Dios los servicios, los demás podrán enfocarse en la pérdida sin preocuparse por las cuestiones legales.

Y, sin embargo, llevo muchos años pensando en el momento en que voy a morir. "¿Cómo se sentirá?", me pregunto. Y temo decir que ha afectado un poco mi fe en la Vida Eterna que Jesucristo nos menciona. No me preocupa, que debiera, si he sido buena persona y seré digno del Paraíso. Me preocupa más el mero momento en que deje de respirar.

También reconozco que he trivializado el tema pensando en dejar mi voluntad en un documento electrónico con miras a que alguien que designe se encargue de cerrar apropiadamente mi vida digital, y a gestionar mi colección de juegos y demás cosas porque mi familia ha declarado que no sabrá cómo disponer adecuadamente de todo lo que tengo. Entonces lo ideal sería, creo, designar a alguien de mucha confianza para que distribuya y/o venda mis cosas según lo indique. Me preocupa también quién será ahora porque la persona que tenía asignada prefiero mantenerla alejada por su actitud hacia mí. Pero esa es otra historia.

Sé que tengo mucho por hacer para procurar una vida y, espero, una vejez digna y sana. En todos los aspectos, físico, económico, social, sentimental, familiar. Pero no, solo me la paso pensando si voy a morir en paz o me va a pasar algo trágico. 

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