miércoles, 15 de septiembre de 2010

Bicentenario... ¿de qué?

Estamos a unas horas de que se conmemore los 200 años, no de la Independencia de México (en 1821), sino del inicio de la lucha para la Independencia de México (en 1810)... son cosas muy distintas.

Mucho se ha dicho de que si hay algo que celebrar dada la situación que se está viviendo en México, incluso, las "invitaciones" a no celebrarlo a manera de protesta han salido del ámbito político para incursionar, por ejemplo, en el ámbito de la farándula, pues hasta uno de los hijos de Lupita D'alessio lo manifestó públicamente.

Sea como sea, y hagamos lo que hagamos, que sea por conciencia propia, no porque nos dijeron que hiciéramos o no hiciéramos. Se vale salir a las plazas y dar el grito con el gobernante en turno, se vale festejar con los vecinos, se vale festejar en casa con familiares... o de plano no celebrar.

Lo que no se vale es transgredir el respeto a los demás; se ha anunciado que al menos en la Ciudad de México habrá la denominada "ley seca" (prohibición de venta de bebidas alcohólicas), aplicada en esta ocasión para todos los establecimientos, excepto antros, bares y cantinas.

Si bien es cierto de que es una ley que, como otras, algunos se ingeniarán para evitarla y de todas formas ingerir este tipo de bebidas, lo realmente grave es que se pone de manifiesto nuevamente la idiosincrasia de la mayoría de la gente: "si no tomo, no disfruto".

Es de pena que, de acuerdo a los comentarios expresados en el artículo arriba citado, haya quien se indigne y/o proteste solamente porque siente coartado su derecho a celebrar cualquier fecha... ¿desde cuándo, para disfrutar una fiesta, es indispensable tomar y tomar hasta emborracharse y luego no saber ni qué pasó? Y peor cuando ocurre por lo anterior algún hecho lamentable que afecte a terceras personas, incluso inocentes.

Dicen que no son niños para que el Gobierno les diga qué hacer y qué no... ah, pero ante una necesidad sí andan exigiendo que el Gobierno se los dé nada más por su linda cara... si dejáramos de comportarnos como niños para que Papá Gobierno venga y nos cuide... otro gallo cantaría.

Por lo mientras, me iré a casa de mis papás en estos días... a descansar y a estar un rato con mi familia.

Y, de cualquier forma, ¡que viva México!

No hay comentarios.: