martes, 12 de abril de 2011

Después de la marcha... ¿qué?

(iba a titular esto como "Why the marcha?", pero pues es un tema serio...)

Cada día las cosas en México, en materia de seguridad, están peor, hay que admitirlo. Ya es de todos los días que encuentran ejecutados por aquí, matanzas por allá, enfrentamientos... y en general el crimen organizado ha permeado en todos los niveles donde se le ha permitido, tanto públicos como privados.

Nos podemos llevar líneas y líneas de quiénes son los responsables, pero, a efecto de llegar al punto de esta entrada, nos lo ahorraremos de momento.

La semana pasada se convocó vía redes sociales a una serie de marchas a lo largo de todo el país para protestar por la violencia y para exigir paz, incluyendo, de hecho, a Querétaro (me tocó verlos pasar cuando estaba comiendo). Inicialmente estas marchas fueron iniciadas por el poeta Javier Sicilia, quien desgraciadamente perdiera en días anteriores un hijo a manos del crimen organizado.

Pese a que tuve una semana muy agitada en términos de trabajo y en cuestiones personales, no quise dejar de tomarme un tiempo para pensar; y, antes de continuar, quiero dejar algo muy en claro (para no herir susceptibilidades, ustedes saben): esta es mi opinión, después de meditarlo un buen rato, y por lo tanto estoy en mi derecho de exigir que sea respetada y debatida con civilidad. Bien, la pregunta que me hago ante todo esto es... ¿y para qué sirven este tipo de marchas, cuál es su propósito?

También se ha vuelto "pan de todos los días" el que nos encontramos marchas por todo y para todos, causas válidas y no válidas, pacíficas y violentas... ejemplos hay muchos, y creo que todos los días escuchamos alguna nueva, sobre todo las que ocurren en la Ciudad de México.

Queda claro que todo ciudadano mexicano está en su derecho de expresarse libremente y que igualmente está en su derecho de exigir a las autoridades que cumplan con el trabajo por el cual les pagamos. El detalle viene cuando haciendo uso de ese derecho, terminamos afectando los derechos que los demás ciudadanos tenemos por igual, por ejemplo, al del libre tránsito.

¿Es válido cerrar una calle para que un grupo de personas se manifieste? Por supuesto que sí... pero, ¿cualquier calle? Es decir... si mi presidente municipal no ha cumplido con algo que me prometió y "por las buenas" no cumple (acudiendo a la instancia correspondiente), entonces obviamente que me junto con mis vecinos y me manifiesto... pero, ¿para qué rayos me voy a manifestar en hora pico en una de las avenidas más congestionadas de la ciudad cuando la presidencia municipal está a las afueras de la ciudad, o cuando el mismo presidente municipal vive en otra zona que no es donde me estoy manifestando?

Ahora, desgraciadamente muchos de manera inconsciente, desbordados por la pasión o la "emoción" de manifestarse, no solamente impiden el flujo vehicular, sino que además terminan cometiendo actos delictivos que ponen en riesgo a los que tienen la mala fortuna de cruzarse en su camino... y ejemplos tenemos muchos... por ejemplo... ¿qué tal los "angelitos" del Sindicato Mexicano de Electricistas, que en días pasados hicieron destrozos en vía pública durante su manifestación? ¿Puede una manifestación ser considerada válida si, como en este caso, los mismos manifestantes provocan la violencia?

El punto de todo lo anterior es... ¿qué utilidad o provecho pretende obtener Javier Sicilia de las marchas en apoyo a su pesar y al mismo tiempo en contra de la violencia asociada con el crimen organizado?

Hey, hey, hey... tranquilos, antes de que me ataquen por ponerme insensible o "ajeno" o "irrespetuoso" de esta triste situación, déjenme detallar un poco más el asunto...

Hace algunos años hubo una marcha multitudinaria por la paz, en la Ciudad de México; medios de comunicación y ciudadanos de todo el país estuvimos pendientes de esa marcha en donde los participantes, todos vestidos de blanco, pideron, en silencio, un cese a la violencia, exigían paz en la sociedad. Bien... pues los años han pasado y hasta donde he visto... pues las cosas no mejoraron, sino que empeoraron.

¿Para quién iba dirigida la marcha? ¿Para la gente? ¿Para el crimen organizado? ¿Para las autoridades y gobernantes? ¡Por Dios! Sí, muy bonita la marcha de aquel entonces, y muy solidaria la de la semana pasada a gritos de "¡No más violencia!" y "¡No más sangre!"... y me imagino que en Querétaro pasaron frente a la Casa de  la Corregidora donde está Palacio de Gobierno... ¿y qué hacían también en un andador que está una calle más adelante donde solo hay negocios (y que era donde yo estaba comiendo)?

Bueno, retomando el punto... ¿para quién iban dirigidas estas marchas? ¿Para el Presidente Felipe Calderón? ¿Hubo alguna frente a Los Pinos? ¿Para las autoridades del estado de Morelos (donde ocurrió la tragedia del hijo de Javier Sicilia)? ¿Dónde se manifestaron? ¿Frente a palacios municipales, procuradurías? ¿En las cámaras de diputados y senadores? ¿En los juzgados federales? Bueno, para pronto... ¿hubo alguna manifestación afuera de las casas de alguno de los funcionarios referidos?

¿A dónde quiero llegar con esto? No se trata de dejar de manifestarse ni de represión ni nada de eso... sino de saber para qué y por qué... y, sobre todo, para quién se hace una marcha.

En el sentido teórico, las marchas ocurren por una necesidad que alguien no cumplió... entonces, ¿qué se necesita para que una marcha sea efectiva y obligue a quien no cumplió a cumplir lo que prometió? Dudo mucho que bloqueando cualquier calle y/o provocando actos de violencia, que al final afectan los derechos de personas inocentes, sea la forma más eficaz de manifestarse.

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