martes, 30 de diciembre de 2008

El valor de la vida

Estaba leyendo hace rato un artículo acerca del suicidio, y las muchas opiniones vertidas en torno a dicho artículo.

No pude evitar (con un poco de música deprimente, je), acordarme cuando hace algunos años había pensado en suicidarme; tenía miedo de enfrentar lo que estaba reconociendo en mí, y, peor aún, enfrentarme a toda la gente. No tenía mucho conocimiento de la vida, ni de cuál era mi meta en la misma. ¿Qué era lo que haría terminando la carrera? ¿Cómo reaccionará la gente cuando sepa quién soy realmente? Lo que había en mí ya no podía ocultarlo más.

Por fortuna, al mismo tiempo siempre he sido miedoso, y lo suficientemente cobarde como para realmente emprender algo en mi contra. Por otro lado, pensé si valdría la pena morir a esa edad, ¿cuántas cosas dejaría atrás? ¿Vale la pena dejar llorando a la gente que me quiere?

Luego me puse a pensar todo lo que me hubiera perdido (al menos al día de hoy) de haberme suicidado en aquel momento.
  • El cariño de mi familia... no somos los más amorosos, pero nos queremos, y eso basta
  • La satisfacción de terminar mi carrera
  • El trabajar en lo que me gusta
  • Vivir por mi cuenta
  • Disfrutar de decenas de películas y videojuegos, de mi Nintendo DS y de mi Wii
  • Conocer a gente maravillosa con quien puedo sentirme integrado, dejé de ser el bicho raro para ser simplemente yo
  • Entrar al grupo de oración y restaurar mi relación con Dios
  • Conocerme a mí mismo
  • Tener como pareja a una persona maravillosa que día a día me ha hecho crecer
Dios sabe por qué hace las cosas; lo importante es que aquí sigo, cayéndome y levantándome día a día mientras sea necesario... porque así es como se aprende y se vive. Me siento feliz y pleno, a pesar de que hay cosas que puedo mejorar.

No hay comentarios.: