jueves, 25 de noviembre de 2010

El triángulo educativo

Si la memoria no me falla, desde los 4 o 5 años ya leía historietas que mis padres me compraban cada semana ("La pantera rosa" era de mis favoritas, también leía "Archi" y "Tom y Jerry"), nada más me tardé un poco más en poder pronunciar la letra "r".

De ahí que siempre me gustó leer, amén de mi naturaleza meido curiosa; leía las revistas que tenía mi mamá ("Teenager" y "Kena", creo), instructivos, manuales, y alguno que otro libro de casi cualquier tema; no les entendía del todo a muchos, pero el chiste era leer e ir mejorando esa habilidad.

Curiosa y extrañamente, mis materias favoritas en la escuela fueron Español y Matemáticas, en las demás sí llegué a tener una que otra dificultad. En casa era de llegar de la escuela, comer, descansar un poco y después hacer la tarea. Con el tiempo y los cambios de domicilio y ocupaciones de mis padres cambió un poco esa dinámica, pero todavía teníamos el firme hábito de responder bien en la escuela; mi padre nos dijo alguna vez "lo único que les voy a dejar son sus estudios, así que tienen que echarle ganas"; con esto me vienen a la mente en este momento algunos problemas familiares actuales, pero esa es otra larga historia.

Al menos cuando era niño, era muy disciplinado y no pensaba en otra cosa que no fuera la escuela y los videojuegos... fuera de eso, creo que era como otro niño normal, puesto que me encantaba ir al parque a jugar con mi "Avalancha"; y mis padres, lejos o cerca, estaban al pendiente de que mis hermanas y yo estuviéramos bien e hiciéramos lo que nos toca, estudiar y ayudar en casa. El qué pasó años después conmigo... también es otra larga historia, que ni yo entiendo. :P

Alonso Lujambio, el Secretario de Educación en México, declaró que los padres mexicanos deben implicarse mucho más, cooperar y corresponsabilizarse, junto con las autoridades, en la educación de sus hijos; esto viene a colación dada la crisis (para variar) que afecta a la educación en México. No es un secreto que los bajísimos resultados obtenidos de evaluaciones escolares a nivel nacional e internacional son prueba de que la educación en las escuelas mexicanas es seriamente deficiente.

¿Buscar culpables? Hombre, si ni se nos da el hacer eso.

Primero tenemos a los maestros, la mayoría cobijados bajo la mafia que representa el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación y representados por su no menos mafiosa líder Elba Esther Gordillo, personalidad por desgracia bien conocida por sus intervenciones en el ámbito político más que en el educativo. Por muy buena preparación académica que un aspirante a docente tenga, si no tienes influencias o una plaza "heredada" en el sindicato, nada más no entras. Y de los que ya están ahí, lo único que escuchamos de la gran mayoría es que están en todo, menos en sus aulas, haciendo su labor; andan en marchas y plantones exigiendo incremento de prestaciones, quesque para mejorar la educación (¿alguien pensó en Michoacán o Oaxaca?). Y yo me pregunto, ¿a qué hora educan entonces? ¿De qué sirve que el Gobierno invierta millones en infraestructura, si no la usan correctamente? Uy... y mejor ni hablemos de la verdadera falta de vocación y profesionalidad, ese verdadero amor por el servicio, muchos no saben de eso, solo saben servirse... y eso que no son de la clase política mexicana.

También tenemos a los padres de familia; ya antes había comentado acerca de que las circunstancias sociales, económicas y culturales han provocado que los padres ya no tengan tanto tiempo disponible para dedicarlo a los hijos... pero caray, si no eres capaz de darte un tiempecito entre tus labores diarias para de menos preguntarle a tus hijos cómo les va en la escuela, entonces creo que no eres apto para tener hijos.

Aquí lo grave no es solo eso, sino el hecho de que ambas cosas incrementan el "natural" desinterés en los alumnos por la escuela (a todos nos llega a pasar, en distinto grado), y que, por lo tanto, no les interese dar seguimiento a sus clases... digo, si sus maestros ni les enseñan bien y con tal de que acrediten el año (o la prueba nacional ENLACE) les regalan calificación, y al mismo tiempo los papás les da igual si van bien o no... pues, ¿qué se puede esperar?

De ahí entonces que, a raíz de un comentario en el artículo, me quedé con el concepto del "triángulo educativo"; tan es importante que los maestros tengan vocación y amor al servicio y preparación como docente, como que los padres hagan su labor educando en casa de valores y procurando también la educación académica, y como que los alumnos pongan su mejor empeño en la escuela... todo en una forma balanceada, como un triángulo equilátero.

Pero pues como cada quién anda por su lado y no le importa lo que los otros dos hagan... pues sí estamos graves.